Antes de nada se debe aclarar que al no existir un manual o una enseñanza reglada del baile social (nos dedicaremos únicamente a salsa, bachata y kizomba) cualquier teoría es expresamente una opinión subjetiva basada en la experiencia como profesor y como bailador social.

Desde el punto de vista de bailador social, una pareja con buen nivel de baile se resume en alguien con quien nos encontramos cómodos bailando una canción en una pista de baile. En el caso de los chicos alguien que «nos haga caso» en nuestras indicaciones y en el caso de las chicas alguien que tenga empatía a la hora de guiarnos, es decir, que guíe bien.

Ahora bien, desde el punto de vista profesional, esos conceptos que se aprecian simples como bailador social en realidad son un conjunto de complejos detalles que hemos resumido en los siguientes conceptos: musicalidad, conexión y expresión corporal.

Esta sería una breve descripción de estos elementos (notaréis que las definiciones van relacionadas entre sí, ya que sería imposible entender una sin la otra):

Una vez sentada nuestra base, es hora de analizar realmente el tema que nos trata: ¿cuál es mi nivel en el baile?

Lo normal (aunque erróneo) es medir nuestro nivel de baile en figuras por segundo, es decir, según seamos capaces de hacer más o menos figuras durante una canción seremos mejores o peores bailadores.

¿Y por qué es erróneo? Pues bien, la explicación más sencilla es que cualquier persona, sin importar el nivel y sin tener en cuenta los conceptos arriba explicados puede ejecutar movimientos coreografiados; lo único que variará es el tiempo que le/la llevará según la capacidad de coordinación. Por lo tanto, una persona que sólo memorice figuras sin atender al resto de conceptos (algo muy sencillo y que carece de niveles), al llegar a la pista de baile, sólo será capaz de ejecutar movimientos coreografiados sin importar la pareja que tenga (chico: no lleva; chica: no se deja llevar), la música que está sonando (daría igual una coreografía de bachata en una canción de salsa) o la manera que tiene de moverse (en esto «para gustos, los colores», pero cada baile tiene una forma específica de ser bailado). Con todo esto, el único disfrute que se podría encontrar sería el del más simple ejercicio físico, muy válido para sentirse bien pero fácilmente sustituible por correr en una cinta.

Llegados a este punto, saber cual es vuestro nivel de baile conllevaría unas simples preguntas de autoanálisis:

Si todas las respuestas son «a medias», ya lo tienes, eres nivel medio, tienes mucho ganado pero aún te queda un largo camino hasta el avanzado.

Por otro lado, si sólo en una respuesta hay un «poco», deberías darte una vuelta por alguna clase de iniciación para repasar conceptos que puede que hayas olvidado.

Por supuesto este pequeño test es una simplificación exagerada de una gran lista de pequeños conceptos que como bailador/a aficionad@ no tienes la necesidad de conocer, solo intentamos ser una pequeña ayuda en tu crecimiento como alumn@.

Ya para terminar y como conclusión final:

No tengas miedo de preguntar a tu profesor/a cuál es tu nivel; somos profesionales, hemos visto miles de casos como el tuyo y podemos aconsejarte qué es lo mejor para tu desarrollo como bailador/a.

Y muy muy importante: no te ofendas por lo que vas a escuchar, el primer paso para mejorar es saber donde fallas para poder solucionarlo y así conseguir ser mucho mejor bailador/a.

Fdo. Iván Hidalgo y Sheila González

Dirección Pasos de baile

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